¡La prohibición genera perversión!
¡Cómo me gusta esta frase y qué repulsión me genera a la misma vez.
Te voy a explicar por qué siento que esto es la consecuencia de años de prohibición y tabúes, y cómo se le puede dar la vuelta.
Vivimos en una sociedad donde los tabúes han sido parte de nuestra historia. Y ahora vivimos las consecuencias.
Una sociedad donde era pecado hablar de sexo. Y lo que no se habla, se piensa en exceso.
Y lo que solo se piensa, se pervierte.
Tener deseo, tener ganas de besar, de abrazar, de follar, es natural.
Es humano.
Y para dejar de pervertir los pensamientos, se debe hablar de ellos.
Hoy más que nunca, nuestros hijos deben aprender a hablar como no hicimos nosotros.
Deben romper con esos tabúes.
Eso los protegerá del abuso sexual.
Tengo esperanza y fe en un mundo mejor.
Donde los adultos del futuro se respeten, hablen, se cuiden...
Un mundo donde la violencia desaparezca. Donde las mujeres y los niños no tengan que pasar por maltratos y abusos.
Un mundo donde el amor esté por encima de cualquier cosa.
La comunicación desde niños. Esa siempre fue, es y será la solución.
Cada día en mi correo electrónico diario reflexiono sobre los temas tabú.
Si quieres entrar, eres libre de hacerlo. Siempre puedes volver a salir, porque la puerta jamás se cierra con llave.